Ingredientes que trabajan para ti (no contra ti)

Aquí no hay lista interminable de químicos imposibles de pronunciar. Lo que encontrarás son surfactantes de origen vegetal que limpian con la suavidad de una caricia. Vitamina E que nutre mientras te duchas. Provitamina B5 que cuida cada centímetro de tu piel. Y, por supuesto, la estrella: aceite de árbol del té mezclado con aloe vera, una combinación perfecta que equilibra, purifica y calma.

¿Tienes la piel sensible? Este gel te entiende. Sin parabenos, sin SLS, sin vaselinas ni colorantes artificiales. Solo lo esencial para que tu piel esté feliz.

Purificación que se siente... y se nota

El árbol del té no es solo una moda. Sus propiedades antibacterianas naturales llevan siglos siendo un secreto a voces en el cuidado de la piel. Ayuda a mantener la piel libre de impurezas, combate el exceso de grasa y aporta esa sensación de limpieza profunda sin resecar.

¿El plus? El formato de 887ml te acompaña durante semanas, convirtiéndose en ese aliado diario que no falla. Porque cuidarte no debería ser un lujo ocasional, sino una constante.

Para cada tipo de piel... incluso la más exigente

Si tu piel es mixta, grasa, propensa a imperfecciones o simplemente necesita un reset después del gimnasio o un largo día, este gel es para ti. También perfecto si buscas cosmética natural sin renunciar a resultados visibles.

Su fórmula biodegradable no solo cuida de ti, también del planeta. Porque ser consciente con lo que te pones en la piel también implica ser consciente con el mundo que te rodea.

El ritual que tu piel estaba esperando

Imagina esto: te metes en la ducha después de un día intenso. Coges tu gel de árbol del té, lo aplicas sobre la piel húmeda, lo masajeas suavemente... y sientes cómo la espuma ligera limpia en profundidad mientras ese aroma herbal y fresco te envuelve. Aclaras con agua tibia y tu piel queda suave, equilibrada, revitalizada. Sin tiranteces. Sin irritaciones. Solo bienestar.

Modo de Empleo

Aplica una pequeña cantidad del gel sobre la piel húmeda durante la ducha o el baño.

Masajea suavemente con movimientos circulares hasta crear una espuma cremosa. Disfruta del momento mientras el aroma natural del árbol del té te envuelve.

Aclara con abundante agua tibia y siente la diferencia en tu piel: limpia, fresca y perfectamente equilibrada.